24 de noviembre de 2009

La esperanza socialcristiana, es el Movimiento Libertario.

Desde que lo conocí hace unos 15 o 16 años, casi de inmediato, he valorado la figura de Don Rodolfo Méndez Mata como la de un Señor; así con mayúscula, como dicen los mayores: de los que casi no quedan ya. Excelente profesional, integro político y un hombre de palabra, un buen ejemplo para seguir, una vida de éxito. Si en las primarias del Partido Unidad Socialcristiana con miras a las elecciones nacionales del 2002, hubiera sido él el elegido, en lugar de Abel Pacheco, otra historia en el desarrollo nacional se estaría viviendo y muchos de los grupos que ahora se instalaron y usurparon, para su beneficio personal, en el poder, no hubieran podido hundir sus tentáculos y concentrar tanto poder como lo han hecho los hermanos Arias y su tropa de cortesanos. -Mea culpa- ya que fui uno de los que nos equivocamos dentro del PUSC y apoyamos al loco Pacheco, lo admito y nuevamente pido públicamente perdón. En parte este desfase en el desarrollo nacional y la oportunidad para que la mas baja calaña de la clase política se instalara en Zapote es, en la proporción que me corresponda ,culpa mía he admitir.

Quien escribe militó activamente en el PUSC desde 1993 hasta que el PUSC se derrumbo.

Quien escribe no cree que ese derrumbe haya sido responsabilidad exclusiva de las acusaciones de corrupción y los circos políticos que en contra de dos de los Ex Presidentes del PUSC se armaron, pero si de las actitudes de Lorena Vázquez, de Ricardo Toledo de Luis Fishman y demás cúpula partidaria que en medio de esos hechos aprovecharon para hacer politiquería y despedazaron la organización de un Partido de verdad, que ya había logrado en el ejercicio del Poder de 1990-1994 y de 1998 a 2002, avances y logros fundamentales para Costa Rica.

Pero, hasta aquí, este escrito ha sido elucubrar por lo que hubiera sido y evidentemente no fue, un “llorar por la leche derramada” y no es el propósito de estas breves líneas; lo que me propongo es desafiarle a Don Rodolfo, al insigne caballero que reconozco es , como espero haya quedado claro, su nota “La Esperanza Socialcristiana”, publicada el 19 de noviembre de 2009 en el periódico La Nación.

Hace don Rodolfo, un buen análisis, con conocimiento de causa, del devenir del caudal electoral del PUSC en las ultimas dos contiendas, y resume el éxodo de votos socialcristianos hacia otros partidos de manera correcta, hasta que indica que los socialcristianos que emigramos hacia el Partido Movimiento Libertario, lo hicimos:
“... atraídos por la fácil oportunidad de participación que ese movimiento les ofrecía, pero jamás por creer en su nefasta ideología de extrema derecha....”

¿Nefasta ideología de extrema derecha? Ahí es donde arranca mi deseo de discusión con don Rodolfo.

El término extrema derecha, es un cliché es una de esas etiquetas que se usan sin saber exactamente que es para descalificar, ya hace años en el mismo sentido usaban la etiqueta de “neoliberal” para atacar precisamente a los del PUSC se emplea en política, además de forma peyorativa, como lo son per se la mayoría de los extremos, para describir a personas o grupos que apoyan y defienden ideas conservadoras, monárquicas o nacionalistas, de manera sediciosa e incluso violenta o que son partidarios del uso de estos medios.

Como en Costa Rica, el tema monárquico no es tema y los nacionalismos no se expresan en la forma ideológica que trata la teoría política, debemos hablar entonces, para entender la clasificación a la que somete don Rodolfo Méndez Mata la ideología del Movimiento Libertario, de las posturas conservadoras o bien del conservadurismo o conservatismo.

Estas son, según la teoría mayoritariamente aceptada, aquellas opiniones y posicionamientos políticos que favorecen las tradiciones y que son adversos a los cambios bruscos o radicales; y en lo económico, los conservadores históricamente se posicionaron como proteccionistas. Actualmente la posición económica de los conservadores es menos clara, ya que durante siglo XX algunos de los partidos conservadores más connotados del ámbito mundial adoptaron posiciones liberales al fusionarse con partidos de esta tendencia, aliados en la defensa del sistema socio-económico capitalista. Consecuentemente, en la actualidad en el conservadurismo político coexisten diversas posturas sobre lo económico.
En el conservadurismo latinoamericano, las principales vertientes de este han estado ligadas al catolicismo.

Por ejemplo, en la época colonial, la lucha por la primacía de la iglesia católica se da contra las ideas liberales de remover esa institución del papel central que había venido teniendo como fuente única de regulación y legitimación social. Durante el periodo posterior a esas beligerancias entre conservadores y liberales, la iglesia católica fue percibida por el sector conservador como fuente de estabilidad social.

Resumiendo; tenemos hasta ahora y de manera sucinta que: la extrema derecha es conservadora y los conservadores están ligados a la Iglesia Católica.

¡No me suena mucho a Movimiento Libertario!.

Indica don Rodolfo que: “Su corazón (el de los votantes socialcristianos) sigue albergando los principios socialcristianos y continúan esperanzados en que surja algo o alguien que asuma la tarea de volver a unirlos y de reconstruir un nuevo hogar socialcristiano con cimientos ideológicos, programáticos y morales más firmes”.

Por “social cristianismo”, en estricta teoría, se pueden entender dos ideologías influidas por las encíclicas sociales de la Iglesia Católica, que forman parte de la Doctrina Social de la Iglesia, surgidas a finales del siglo XIX y comienzos del XX, la Democracia Cristiana y el Socialismo Cristiano, la primera de orientación de derecha y el socialismo cristiano de izquierdas.

La Democracia cristiana, a la que perteneció el desaparecido PUSC, “viejo hogar” ideológico de los socialcristianos a los que se refiere don Rodolfo, es una ideología política que busca aplicar los principios del cristianismo (en particular del catolicismo) a las políticas públicas. ¿Conservadora? y claramente de derecha.

En la práctica política, la democracia cristiana ha aceptado el liberalismo.

El liberalismo es un sistema filosófico, económico y político, que promueve las libertades civiles y el máximo límite al poder coactivo de los gobiernos sobre las personas; se opone a cualquier forma de despotismo, suscitando a los principios republicanos, siendo la corriente en la que se fundamentan la democracia representativa y la división de poderes.

El Liberalismo clásico o primer liberalismo es un concepto usado para englobar las ideas políticas formuladas durante los siglos XVII y XVIII, contrarias al poder absoluto del Estado y su intervención en asuntos civiles, la autoridad excluyente de las iglesias, y cualquier privilegio político y social, con el objetivo de que el individuo pueda desarrollar sus capacidades individuales y su libertad en el ámbito político y religioso.
Aquí es que llegamos a la “nefasta” ideología del Movimiento Libertario: es una filosofía política anti autoritaria, anti estatista, que partiendo de las mismas bases del liberalismo, afirma la vigencia suprema de la libertad individual; del libre albedrío, del derecho natural del individuo sobre sí mismo, cuyo límite no es otro más que el derecho ajeno. De hecho la Iglesia Católica incluye y acepta la idea del libre albedrío, San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino escribieron extensamente sobre el libre albedrío y de sus escritos se pueden extraer principios libertarios.
El Movimiento Libertario busca mayores libertades civiles y mayores libertades económicas, así como mayor eficiencia en el aparato estatal, desburocratizándolo.
[]En la libertades personales, el Movimiento Libertario apoya la maximización de los derechos individuales, haciendo respetar las garantías constitucionales al respecto y despenalizando, progresivamente, los delitos "contra la ley" (aquellos donde el Estado condena los acuerdos lícitos entre personas adultas) para que en cambio el Estado se ocupe de combatir con firmeza los delitos contra las personas y sus bienes.
En el ámbito económico, el Movimiento Libertario apoya la reducción de la injerencia del Estado en asuntos ajenos a su competencia natural, como telecomunicaciones y seguros, además de defender el libre comercio.
Por otra parte, acepta el Movimiento Libertario la participación del Estado en educación, salud, infraestructura y otras áreas, aunque reprocha el abuso de poder y el tamaño desmesurado del aparato estatal. Postura totalmente liberal, y si se quiere casi nada libertaria. Precisamente, un importante grupo de pensadores liberales se gestó dentro del PUSC. Figuras como Otto Guevara Guth que fue secretario de formación del PUSC y que en 1996 fundo el Movimiento Libertario junto con otros socialcristianos, el ministro Thelmo Vargas, el ex presidente Miguel Ángel Rodríguez considerado uno de los presidentes más liberales de Costa Rica.
Así, y contrario a lo que expresa don Rodolfo un socialcristiano, formado en las filas de la Unidad y con un conocimiento mínimo de teoría política y su ideología, mas allá de saberse “calderonista” o “mariachi”, no solo cree y comparte en la ideología del Movimiento Libertario, sino que esta llamado a apoyarla, sobre todo en las condiciones actuales en las que la hay “un derrumbe total de la casa socialcristiana que dejó expuesto solamente sus cimientos, desde el punto de vista político”, “y, ante la inminencia de las elecciones del próximo febrero, todo parece indicar que siguen vigentes las razones que tuvieron quienes tomaron su decisión de abandonar su tradición partidaria en el proceso anterior.”

Ese algo, ese alguien, esa esperanza que don Rodolfo aguarda y que según él esperan algunos socialcristianos, los que no se ha integrado aún al Movimiento Libertario, se puede encontrar ya en el Movimiento Libertario, esta personalizada, hoy por hoy, en Otto Guevara y en Mario Quirós así como en Lorena San Román, igual que en la mayoría de los cuadros que pretende elegir en la Asamblea Legislativa y municipalidades del país.

Por ello para los socialcristianos votar Movimiento Libertario es hacer el cambio ya, pero un cambio solo de bandera, no de ideología, no de principios, ni es bajo circunstancia alguna un abandono de la esperanza por una Costa Rica mejor.